Hace un año comenzó esta historia. Unos días antes, quizás, cuando nos dijeron que nos iban a presentar. Pero hace un año nos vimos por primera vez.
Pasaste a buscarme y, cuando abrí la puerta de mi casa, te vi parado en la vereda de enfrente. Parecías muy tranquilo. Sonreíste y levantaste la mano en un saludo tímido. Después intercambiamos nuestras primeras palabras mientras íbamos al río a tomar unos mates en esa tarde tan especial.
Seguimos saliendo y conociéndonos más. Pasamos tiempo solos, pero también empezamos a compartir la vida con nuestros amigos y familiares. ¡Qué lindo fue conocer a cada uno de tus seres queridos! Y qué lindo que vos conocieras a los míos y empezaras a ser parte de mi vida.
Encuentro a encuentro fuimos creciendo en confianza. Hablamos de temas cada vez más profundos y abrimos nuestros corazones con total sinceridad. Nos animamos a expresar nuestros miedos, nuestras incertidumbres, nuestros sueños…
Lo hicimos con coraje, la verdad. Porque vamos a decir que, en toda relación, hay que tener valor para seguir conociendo al otro y abrazarlo tal cual es. Y también para dejarse conocer con todo lo que uno es. Pero, de los dos lados, decidimos hacer un lugar y acoger al otro en la propia vida.
Después de todo este tiempo compartido, vamos a dar el gran paso de unir nuestras vidas. Y acá estamos, caminando juntos, soñando proyectos en común, respetando nuestros tiempos, siendo fieles a nuestros valores, compartiendo planes, ayudándonos a ser mejores personas, buscando hacernos cada vez más felices el uno al otro. Acá estamos, amándonos cada día más.
- Texto: Mechi Ruiz Luque
- Ilustración: María Caviezel (@los.dibujos.de.maria)